lunes, 28 de febrero de 2011

La Destrucción de Prospero


Como comenté en una entrada anterior, el sábado se recreó en la GW de Argüelles la batalla de Prospero, de la época de la Herejía y ahora vengo para hacer el resumen de lo que fue la batalla, con la ayuda de las fotos que colgó Agramar en su blog El Descanso del Escriba.
No puedo hacer un informe detallado como suelo hacer, ya que alrededor de la mesa había más gente que en la  guerra y uno no podía enterarse de lo que pasaba en todos lados pero haré un resumen con lo más destacable de la batalla.
Magnus el Rojo y su séquito

Bueno, primero destacar la cantidad de gente que había y el caos que ello conllevaba, mucha gente alrededor de la mesa, el staff gritando las normas... en fin, un caos.
Las listas eran algo confusas, ya que los Lobos Espaciales contaban con un Land Raider Cruzado (??) y la diferencia de puntos eran abismal. Las fuerzas de los Mil Hijos contaban con varias escuadra de estos mismos (no recuerdo el número), un tipo con escudo que les daba invulnerable de +4 a la escuadra y Arhiman con una escuadra dando caña. Magnus el Rojo ni su escolta entraron en combate hasta avanzada la partida, así como Leman Russ.
Retaguardia de los Mil Hijos

Como los turnos son confusos ya que cada uno iba a su bola y yo no me enteré de lo que pasaba en el otro flanco, me voy a permitir la licencia de narrar la batalla cual escritor serio para hacer más amena la lectura.

La tarde tocaba ya a su fin, pero los Lobos Espaciales aún seguían sin aparecer. En el flanco izquierdo de la formación se encontraba Euclión, psíquico de la 3ª escuadra de Magnus el Rojo. Su posición a la izquierda de la imponente pirámide servía para que sus hombres transmitieran las órdenes de Magnus al resto del ejército apostado en su flanco. Él sabía que iba a ser una batalla dura, sin contemplaciones ni cuartel alguno, ganar o morir, no había opción de huida.
Un poco detrás suya estaba apostada la 4ª escuadra de Magnus el Rojo, que contaba con un Rhino, al igual que la suya para flanquear al enemigo en caso de que derroten a todas las tropas de su flanco. Esta escuadra no llevaba los colores de Magnus, si no que había optado por otro esquema de color, ya que sus victorias en planetas gélidos como la victoria del planeta Kart se debían en muchas ocasiones a su camuflaje y por tanto preferían vestir de azul. De la misma compañía de la 4ª escuadra había otras dos, una apostada a pocos metros tras un edificio y otra en el flanco derecho, vigilando dentro de otro edificio. En su flanco además, se encontraba una cuarta escuadra apostada en una loma para poder dar cobertura a todo el flanco.
Euclión escrutaba el frente esperando ver a los enemigos que en otro tiempo podrían haber sido sus compañeros de armas, pero eso ya daba igual, el órdago estaba echado.
Entonces fue cuando hicieron su aparición los Lobos Espaciales, cientos de hombres y bestias aparecieron de pronto a paso ligero y se frenaron delante suya, a unos 100 metros. Estaban a distancia de disparo, pero Magnus no había ordenado el ataque, por lo que nadie se atrevía a disparar.
Un hombre se adelantó a todos, más grande y más poderoso que todo su ejército junto, el primarca de los Lobos Espaciales, Leman Russ. Se acercó a la boca lo que puede ser un transmisor e inmediatamente empezaron a llover bombas del cielo, dos bombardeos orbitales cayeron sembraron destrucción en el flanco de Euclión, pero para su fortuna sendos bombardeos cayeron a sus lados. La fortuna estaba de su parte hoy.
Sonó un gran estruendo y los Lobos Espaciales cargaron hacia los Mil Hijos. Magnus no ordenó atacar, solo esperar. Los Lobos se acercaban ansiosos, corriendo como poseídos por una fuerza inexistente y gritando cosas sin sentido. Euclión permaneció en su posición y vio como se aproximaban a el una manada de lobos corriendo sobre sus cuatro patas, parecía que la rabia se había hecho con ellos.
Entonces fue cuando Magnus el Rojo dio la orden de cargar, y Euclión ordenó que su escuadra disparara sin piedad a esos perros que se acercaban aullando.
 -¡Disparar a esos malditos perros! ¡Por Magnus el Rojo! ¡Cargad! -gritó Euclión y se puso delante de todos sus compañeros de armas blandiendo el arma psíquica que se le había sido entregada tiempo atrás por sus méritos de guerra.
El psíquico luchaba con los perros enemigos, destripando a esos seres sin piedad alguna, al igual que hacían sus compañeros.
Lobos Espaciales cargando contra el enemigo
Euclión luchaba a sangre y fuego, disparando su pistola bólter y blandiendo su espada en un baile sanguinario, cuando de repente, una gran fuerza psíquica invadió su mente. Cayó de rodillas ante la mirada atónita de sus compañeros de armas y subordinados. -¡Llevadme atrás! ¡Las Hermanas del Silencio están lanzando ataques psíquicos y necesito concentración! - Dos Mil Hijos lo arrastraron unos metros atrás de la batalla mientras sus otros compañeros componían una barrera infranqueable para las bestias.
 -¡Malditas Hermanas!- Gritaba de rodillas Euclión, mientras intentaba repeler el ataque psíquico que le había sido lanzado. ¡No puedo contenerlo! ¡Aagh! -El ataque surgió efecto y superó las barreras mentales de Euclión, el valiente soldado que tenía a su diestra sufrió el ataque y todos sus corazones se pararon a la vez, haciéndolo caer inerte como un saco encima de la arena.
 -¡Señor, tenemos que volver a la batalla! -Le aconsejó el otro soldado que se encontraba a su siniestra.
 -¡Ya me siento mejor! ¡Vamos allá! -Gritó Euclión mientras se alzaba.
Euclión y el soldado se lanzaron a terminar de rematar a la manada de lobos, que ahora estaba ya muy mermada.
Una vez reducida la escuadra de lobos a un puré de carne y hueso, Euclión vio como se le venía encima una escuadra táctica de Lobos Especiales con una Hermana del Silencio.
 -¡Esa es la que me ha lanzado el ataque psíquico! ¡Retrocedamos! ¡La escuadra que se hallaba detrás del edifico ha sido exterminada y tenemos que reagruparnos para que no nos cierren!
Euclión pensó que el Rhino podría hacer que se movieran más rápido para dar ayuda a su izquierda, pero un proyectil de gran calibre cayó justo encima del Rhino y lo hizo explotar en mil pedazos.
La 4ª escuadra que estaba detrás suya dio señales de que ellos se encargarían de retener a los Lobos Espaciales que les intentaban flanquear por la izquierda y ahora masacraban a la escuadra de Mil Hijos que había salido de la loma para frenarles. Lo que no sabía la 4ª escuadra que iba a dar apoyo, es que Wolfen estaba justo en ese flanco, y no les iba a hacer mucha gracia.
La escuadra de Euclión se lanzó a por la escuadra que tenía la vista, esa Hermana del Silencio ya le había dado un dolor de cabeza y quería que fuera el último. Se lanzó en cabeza con un objetivo principal, la dichosa Hermana del Silencio. De un salto se elevó sobre el resto para descargar su pesada espada psíquica sobre el enemigo que le esperaba expectante. La Hermana rodó por el suelo y Euclión erró su ataque acabando contra el suelo, pero para su fortuna sus compañeros ya habían abierto fuego sobre el enemigo e impedían que atacaran a su líder. Los Mil Hijos también cargaron tras sus disparos, y se trabaron en sangriento combate contra los Lobos Espaciales mientras su psíquico seguía su combate singular con la Hermana del Silencio. Ambos contendientes luchaban con valor y arrojo, dando muestra de su gran destreza con las armas, pero cuando Euclión ya comenzaba a ganar el duelo, una escuadra de Exterminadores de los Lobos Espaciales les rodearon. Estaban jodidos.
 -¡Juntaos! ¡Haced una pelota que no os rodeen! -Gritó Euclión. Los Mil Hijos se pusieron en círculo mientras el enemigo les miraba, a sabiendas de que su presa había sido capturada. La escuadra de Euclión había conseguido acabar con la mitad de la escuadra de los Lobos sufriendo una única baja, pero ahora estaban todos inmóviles en un circulo, mientras los Lobos solo miraban. Entonces, resonó un chasquido metálico y apareció detrás de los Exterminadores un gran Dreadnought listo para destriparlos sin piedad.
 -Estamos jodidos- Reflexionó Euclión. -¡Por Magnus el Rojo! ¡Morid matando hermanos! ¡CARGAD! -La escuadra saltó hacia el enemigo más próximo, pero rápidamente cayeron todos, uno tras otro, muerte tras muerte.
Euclión yacía en el suelo desangrándose mientras veía como el resto de sus compañeros en todo el frente caía a manos de los Lobos Espaciales, mientras Magnus el Rojo observaba impasible la fúnebre escena.
Euclión y su escuadra cae al fondo, mientras la 4ª escuadra libra su guerra particular.
La situación de la 4ª escuadra no era mucho mejor, Euclión la observaba mientras daba sus últimas caladas de vida, un Príncipe Demonio había hecho aparición y luchaba contra Wolfen en un combate de dimensiones épicas, pero con un terrible esfuerzo giró la cabeza y vio como en la pirámide, Leman Russ había escalado a ella y se enfrentaba ya a Magnus el Rojo.
Veía ensoñado el combate entre ambos grandes guerreros mientras la vida se le escapaba entre sus brazos, hasta que una arma de energía puso fin a su visión.
Leman Russ se enfrenta a Magnus el Rojo.

4 comentarios:

  1. Gracias! Me gustaría haber podido escribir sobre toda la batalla en general, pero bueno, menos da una piedra xD

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  2. bonita historia me compadezco de los mil hijos XD

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  3. eso les pasa por dar la espalda al Verdadero Dios de la Humanidad!! FOR THE EMPEROOR!!!

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