martes, 11 de octubre de 2011

La pelea de bar (II)



El implacable sol y el estruendo provocado por cientos de balas que silbaban e impactaban en su armadura sin consecuencias despertó a Kharn. Se levantó lentamente mientras perezoso miraba a su alrededor preguntándose qué demonios había pasado. A su lado había 5 de sus hermanos de sangre echados cuerpo a tierra intentando cubrirse de la incesante lluvia de balas que estaban recibiendo.
El paisaje que lo rodeaba era desolador, a 10 metros suyos había un montón de chatarra de lo que parecía haber sido el Rhino que los había traído hasta allí. Al parecer ese viaje había sido el último.
En la chatarra estaban los Bersérkers tirados, intentando sobrevivir a esa lluvia de muerte. Los Bersérkers se escudaban con la chatarra y con los restos de sus compañeros muertos por la explosión, vio como un Bersérker se cubría con desesperación con ayuda del torso de un compañero suyo, dos servoarmaduras podrían hacer más que una desde luego.
Al ver esa imagen, al veterano general se le escapó una risita. A Kharn le encantaba el humor negro. Él era el humor negro personificado.

Kharn se agachó para evitar que un Mil Hijo lo hiciera pedazos con una de sus odiosas balas y se acercó a sus guerreros. Al parecer habían sufrido 3 bajas en la explosión y el paladín de cráneos había volado a un paradero incierto. Tampoco le importaba a nadie dónde se encontraba.
A su derecha, a unos 100 metros estaban sus compañeros Marines del Caos que cerraban la retaguardia y daban fuego de supresión para evitar que los Mil Hijos disparen a sus anchas contra su general. Contó 10 Marines del Caos metidos en las ruinas de lo que parecía ser una nave Imperial destrozada.
Disparaban sin piedad hacia el enemigo y sin pausa, decididos a ayudar a su comandante.
Siguió escrutando con la mirada el campo de batalla y observó como 5 Bersérkers se lanzaban sin piedad sobre 8 Mil Hijos y... allí lo vio. A Kharn se le removieron sus antiguas entrañas al visualizar al enemigo que lo había arrastrado hasta allí, ahí estaba ese maldito Hechicero del Caos.
El mayor deseo de Kharn era destruir a ese ser infame, pero decidió que no era inteligente cruzar corriendo el campo de batalla mientras te llueven proyectiles. Mientras pensaba, pasó por detrás el terrible Profanador que estaba haciendo la vida imposible a sus enemigos.
La máquina de guerra avanzaba imparable hacia sus enemigos, a toda velocidad mientras el espíritu demoníaco de su interior gritaba en forma de cañonazo.

Kharn pensó que lo más inteligente era ir detrás del Profanador para saltar sobre los Guerreros de Hierro a los que se dirigía la espantosa máquina de guerra sin cesar. La escuadra compuesta por 7 Guerreros de Hierro, 3 de ellos se habían desintegrado tras un cañonazo, estaba apostada en las ruinas de un edificio disparando contra Kharn.
Con una orden rápida, Kharn y sus chicos se posicionaron detrás del Profanador haciendo una táctica infalible del ejército del Caos llamada "hacer la croqueta".

La máquina de guerra parecía imparable y Kharn se reía al pensar en las calaveras que iba a conseguir al asaltar a esos pobres demonios. Avanzaban a buen paso hasta que de pronto, una sustancia verde perforó la cabeza del Profanador de lado a lado. El Profanador aulló y cayó con todo su peso delante de Kharn.
¡Esos putos Marines tienen rifles de plasma! Pensó para sus adentros Kharn. ¡SE VAN A CAGAR ESOS TIPEJOS! ¡VAMOS A POR ELLOS CHICOS! ¡AL ATAQUE! ¡SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE!

Kharn saltó con gran fuerza por encima de las patas caídas del Profanador y cargó a toda velocidad disparando su plasma seguido de cerca de sus guerreros. Los Guerreros de Hierro, que bromeaban sobre cómo habían destrozado el Profanador cambiaron totalmente de actitud cuando de pronto Destripadora se cobró su primera víctima.
El paladín de Khorne saltó degollando en su camino a un Marine del Caos que todavía no sabía de que iba la cosa. Antes de caer logró acertarle a otro Marine del Caos entre ceja y ceja con su pistola. La furia de Khorne había caído sobre ellos.
Kharn logró desmembrar a 3 Marines más antes de que le rodearan. 3 Guerreros de Hierro le rodearon, creyendo que ya le tenían. Iban a matar al Paladín de Khorne, eso seguro que iba a ser un aumento.
Cuando se disponían a cargar, lanzaron un aullido, pero no de rabia, sino de dolor. Los Bersérkers de Khorne habían caído sobre ellos.

La batalla terminó rápido, aunque un Bersérker fue asesinado por la ráfaga del Marine del Caos que para su desgracia lo había oído llegar. Este Marine del Caos fue desmembrado sin piedad por el resto de Bersérkers.
Ahora sólo quedaban 4 Bersérkers y Kharn, desconocía como iba el resto de la batalla, pero deseó que todo fuera como ese asalto.

El general asomó la cabeza por encima de los restos de ese edificio y vio que delante suya disparaban sin parar una escuadra de Mil Hijos con su sargento hechicero contra sus compañeros de retaguardia.

Sin pensárselo un instante, la furia poseyó a Kharn y salió de su cobertura gritando apelando al dios de la sangre seguido de cerca de sus Bersérkers.

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